«Yo te voy a instruir; te voy a enseñar cómo debes portarte. Voy a darte buenos CONSEJOS y a cuidar siempre de ti.» (Salmos 32:8)

Solo hay que saber escuchar.

«Los mulos y los caballos son tercos y no quieren aprender; para acercarse a ellos y poderlos controlar, hay que ponerles rienda y freno. ¡No seas tú como ellos!» (Salmos 32:9)

Quizás Dios tiene que poner un freno al curso de nuestras vidas para enseñarnos que hay cosas que tenemos que cambiar.

Si no sabemos cómo manejar ciertas situaciones o emociones, será difícil que podamos enfrentar nuevos desafíos.

Si no hemos aprendido a controlarnos, viviremos sin límites de protección y arruinaremos cualquier bendición.

La obediencia a la palabra de Dios fortalece el dominio propio, frena nuestros impulsos y forma el cáracter.

Sigamos los buenos consejos que Jesús nos da. No solo nos llevarán a nuestro destino, también nos prepararán en el camino.

#leamos la biblia

Lindo incio de semana!

Pame Alcázar