NO SE HALLÓ AYUDA IDÓNEA PARA ÉL

En el principio, el hombre estaba solo y necesitaba ayuda. Pero no cualquier tipo de ayuda: se especificó que debía de ser idónea. (Génesis 2:18)

Y es que la palabra “ayuda” es amplia y casi genérica. Pero “idónea” habla de ajuste, de diseño específico.

Cada persona es única, por ende, también lo es el tipo de ayuda que necesita.

Por eso, Dios no une vidas al azar.

Hay quienes tienen la paciencia exacta para cierto tipo de carácter.
Hay quienes saben cómo calmar tormentas ajenas porque han atravesado sus propias tempestades.

Pero ¿cómo sabrás si alguien puede ayudarte a crecer,
si no reconoces tus defectos o limitaciones.
Si no identificas en qué necesitas ser desafiado?

Por eso, es bueno darle lugar a Dios en nuestras vidas. Él puede mostrarnos nuestro propio corazón y ordenar nuestro caos.

Como en el Génesis, cuando todo estaba desordenado y vacío, y el Espíritu de Dios se movía sobre las aguas…

Así también, necesitamos que Su Espíritu se mueva sobre nuestra Historia. Poniendo todo en su lugar, separando la Luz de la Oscuridad.

Solo Él une Caminos, revela intenciones
y le da sentido a nuestras relaciones.

#reflexiones

Pame Alcázar