En cierta ocasión llevaron a Jesús a un ciego, este hombre tenía una discapacidad, imagino su tristeza diaria, él necesitaba de una nueva vida, entonces sus amigos lo llevaron hacia el Salvador y algo maravilloso sucedió.

Esta persona estaba por recibir su milagro en un Nuevo Lugar, las escrituras dicen que «Jesús lo tomó de la mano y lo sacó fuera del pueblo» «le mojó los ojos con saliva…y le preguntó si podía ver algo» (Marcos 6:23/dhh).

La historia dice que el ciego comenzó a ver! «Veo gente pero parecen arboles que caminan, dijo» (v.24), tomando la expresión como una analogía podemos reflexionar en el hecho de que nuestra perspectiva de la vida cambia al conocer otras realidades, pero nada de eso puede suceder si permanecemos en el mismo lugar de dolor.

Cambiar de perspectiva no sucede de la noche a la mañana pero cuando pasa podemos llegar a ver cambios sorprendentes!

«Jesús puso otra vez las manos sobre sus ojos y el hombre miró con atención y quedó sano, ya TODO LO VEÍA CLARAMENTE» (v.25), el proceso no fue inmediato, Jesús tuvo que intervenir una vez más para que esta persona pueda ver las cosas con más claridad, para que tuviera más convicción, más seguridad.

«No vuelvas al pueblo» (v.26) le dijo finalmente Jesús y creo que esto nos habla de un nuevo comienzo 🙂

Milagros inesperados pueden pasar en lugares nuevos, por eso no te resistas a los cambios mucho menos si disciernes que éstos son parte de la voluntad de Dios.

Lindo día,

Pame Alcázar