MI RELACION CON JESUS

Las buenas relaciones se disfrutan! pero también se construyen…

Todos pasamos por distintos procesos en nuestras relaciones con los hombres y por supuesto en nuestra relación con el Señor.

Jesucristo llenó las redes de Pedro cuando era él era un pescador (Juan 21:6), luego caminaron juntos por mucho tiempo y en momentos muy críticos para Jesús, Pedro lo negó públicamente (Mateo 26:70) para luego arrepentirse y servirlo fielmente, siendo llamado «la piedra sobre la cual se edificó su iglesia» (Mateo 16:18).

Las relaciones pasan por distintas etapas y transiciones.

El apóstol Pablo no conoció a Jesús de forma presencial como lo hizo Pedro pero tuvo una relación espiritualmente muy íntima con Él (Hechos 9). Su relación fue tan cercana que él no solo le entrego sus «manos» en servicio, Pablo le entregó su «corazón» le dio su propia vida, lo honro y lo consideró en sus decisiones más importantes, perdió mucho por su causa pero ganó una vida nueva llena de propósito con el gozo y la paz que nada ni nadie puede dar.

Hay muchos tipos de relaciones, pero en las relaciones de amor hay entrega, sinceridad y reciprocidad.

Nosotros no somos Pedro, tampoco somos Pablo, cada uno de nosotros tiene una historia personal con su Señor, pero de éstos apóstoles podemos aprender mucho.

Hay relaciones que inspiran y enseñan pero nunca debemos comparar nuestra relación con Jesús con la de nadie, tampoco juzgar la relación personal que otros tienen con el Señor porque solo tu y la persona con la que te relacionas pueden entender como fluye su relación.

Las relaciones se disfrutan pero también se construyen según el anhelo y la voluntad de un corazón.

#reflexiones

Pame Alcázar