Es bueno equivocarse de vez en cuando y aprender un poco, no somos perfectos. Acepta tu error y no desesperes, toma en cuenta que El Señor es restaurador (Salmos 14:7), Él tiene la capacidad de arreglar lo dañado, de poner algo en el estado o estimación que antes tenía. El tratar de “arreglar” las cosas solo en tus fuerzas o simplemente abandonar la situación denota condenación; pedir en oración la intervención de Dios entiende redención. Jesús vino a esta tierra a salvar lo que se había perdido (Lucas 19:10) vino a reparar el daño. El arrepentimiento de corazón nos da el regalo de Salvación y esas son las Buenas Nuevas de Jesús, la esencia del cristianismo, llévalas en tu corazón y considéralas en tu día a día. Y claro trata de ser sabia al caminar, “Pon siempre tu mirada en lo que está por venir, corrige tu conducta, afirma tus acciones” (Proverbios 12:25) y para adelante!
Pamela Alcazar