malas lenguas

«Pero no faltaron malas lenguas, que dijeron: ¿Y éste es el que va a salvarnos?… Y lo menospreciaron y no le rindieron honores; pero Saúl se hizo el desentendido. «

(1 Samuel 10:27)

Un recién proclamado rey decidió mantenerse al margen de los comentarios que se hacían sobre su vida. Decidió no darle importancia a las cosas negativas que se decìan a su alrededor. 

Y es que «cuando falta la leña el fuego se apaga». Cuando no haces caso de algo evitas que se agrande y simplemente pierde poder.

En todo grupo humano se pueden llegar a tener conversaciones guiadas por percepciones. No conocemos la verdad de las personas pero se nos es fácil hacer juicios apresurados y sin querer podemos terminar hablando mal de otros. 

Lamentablemente, cuando prestamos atenciòn o creemos en un rumor podemos llegar a ver a las personas de manera diferente. «Por el viento del norte viene la lluvia y por las malas lenguas las malas caras» (Proverbios 23:23). Es una reacciòn bastante humana.

Dicen que las malas lenguas cuentan lo que le dices, lo que no saben lo inventan, y lo que escuchan lo trasquiversan. Las malas lenguas hablan mucho pero las buenas prefieren el silencio.

Lindo jueves,

Pame Alcázar