LAS DEBILIDADES DEL MAL

Belleza y sabiduría con ambición arruinaron un corazón
y así nació la maldad que convirtió a alguien en un ser de oscuridad.
«Tu belleza te llenó de orgullo, tu esplendor echó a perder tu sabiduría»
(Ezequiel 28:17/dhh)
En un mundo que mide el valor en logros, apariencia o conocimiento, es fácil que se genere una lucha personal entre el deseo de aprobación o de competencia.
El mismo Jesucristo fue tentado por Satanás con fama y riquezas (Mateo 4:11)
Y si eres un seguido de Cristo, probablemente te llegue la misma tentación.
Más para Dios «no tiene importancia el ser griego o judía, inculto, esclavo o libre, sino que Cristo esté en todos» (Colosenses 3:11). Y es que…
Hay una prosperidad del alma que Jesús da, en corazones llenos de humildad.
Hay una sabiduría que NO esta corrompida con celos o competencia (Santiago 3:14)
Como seres humanos nos podemos desviar.
El ego mal gestionado puede destruir incluso los dones más nobles.
Por eso necesitamos a Jesús reinando en nuestro corazón, para que nos libre del mal.
#reflexiones
Pame Alcázar