LA VENTANA DE LA IMPACIENCIA

La impaciencia, el llanto y las quejas de Carlota eran incontrolables, su abuela le decía: «¡Apártate de la ventana! No por estar ahí pendiente harás que papá llegue más rápido»; pero la niña no lograba entender. «La impaciencia es fruto de la inmadurez, ruego a Dios te enseñe poco a poco a ser mas paciente, debes aprender a disfrutar en la espera, debes aprovechar el tiempo y cultivar lo bueno» le dijo nuevamente su abuela. 

Carlota se desesperaba por ver lo que tanto anhelaba, ella deseaba ver a su padre regresar de un largo viaje, pero ella no sabía esperar, como toda niña quería que todo sucediera en sus tiempos y a su manera, eso la llevaba a vivir angustiada y abrumada. Hoy Carlota da gracias a Dios por la sabiduría que tuvo su abuela, gracias a ella aprendió la importancia de la paciencia. 

Sea cual fuera la situación difícil que estemos atravesando, ésta no cambiará por más que nos amarguemos, nos llenemos de ira o nos desesperemos, Dios tampoco obra a nuestro antojo. Las circunstancias difíciles muchas veces sirven para acercarnos más a Dios, además éstas situaciones  nos ayudan a fortalecer nuestra fe y a desarrollar paciencia. 

Mientras esperamos que Dios obre a nuestro favor, aprovechemos bien el tiempo, no permitamos que la ira, el dolor y la impaciencia se apoderen de nuestra mente. 

«El que es paciente muestra gran discernimiento» (Proverbios 14:29/nvi)

No sigamos perdiendo el tiempo asomadas en la ventana de la impaciencia.

Por Aleza Serrano.