EXPERIENCIAS CRISTIANAS

Las relaciones se fortalecen con el tiempo, las experiencias que vamos teniendo nos ayudan a conocer mejor a las personas, así aprendemos por donde ir y por donde no ir para cuidar mejor nuestras relaciones.

De la misma manera nos pasa con el Señor. 

En algún momento de nuestra relación con Él muchos de nosotros hemos experimentado la confusión de vivir tratando de cumplir al pie de la letra la ley de Dios pero con el tiempo aprendimos que la vida cristiana no se trata de cumplir sino de CREER «porque todos los que dependen de las obras de la ley están bajo maldición» (Gálatas 3:10). Es tormentoso tratar de ser perfectos, esa actitud solo genera culpa, condenación y confusión, y además nos aparta de la Gracia de Dios.

«¿Tantas buenas experiencias para nada?… ¡Imposible que hayan sido para nada! Cuando Dios les da su Espíritu y hace milagros entre ustedes, ¿por qué lo hace? No en virtud del cumplimiento de la ley, sino por aceptar el mensaje de la fe.» (Gálatas 3:3-5)

A veces nos relacionamos a diario con Jesús pero recaemos en los mismos errores.

Quien quiera ser perfecto difícilmente tendrá descanso en el corazón, juzgara fácilmente a otros y no se podrá relacionar adecuadamente con Jesús. Lo peor es que rechazará así la bondad de Dios hacia su propia vida. 

Uno adquiere experiencia con los años y con la práctica, cuando hemos vivido, sentido o sufrido algo muchas veces entonces entendemos. 

Cristo llegó a nuestras vidas para enseñarnos a vivir por Fe y con Amor. 

Cristo vino  para que nosotros vivamos en libertad guiados por su Espíritu Santo.

#cambios por amor

#reflexiones

Pame Alcázar