Ante complicaciones matrimoniales podemos tomar en cuenta que Dios siempre traza el curso…

«El corazón del rey se bifurca como los ríos, pero en manos del Señor sigue los planes divinos» Proverbios 21:1

Yo aprendí que la mujer sabia gana más orando que peleando; y es que cuando hacemos de Dios nuestro aliado entonces podremos lograr aquello que en nuestras fuerzas nunca podríamos.

Quizás piensas que hay cosas insignificantes en las que Dios no se mete pero para El Señor nada es insignificante, mucho menos si se trata de nuestras vidas. El desea que le confiemos todos nuestros asuntos, que tengamos presente siempre sus promesas y que vivamos según la Fe que profesamos.

«Ora en secreto y Dios que ve lo secreto, te recompensará en público» (Mateo 6:6)

Mi esposo es abogado y atiende a muchos clientes por teléfono. Llegó un momento en que las llamadas eran a todas horas del día, y ya era bastante incómodo, el celular formaba parte de la mesa, de las reuniones e incluso de nuestras salidas.

«Educa a tus clientes, es molesto y descortés que estemos comiendo y tu atiendas a otras personas», le dije pero nada cambió y por el contrario terminamos discutiendo. 

Entonces recordé que si Dios es la cabeza de mi matrimonio El puede intervenir en todos nuestros asuntos. Un día leyendo proverbios 21 retuve en mi mente que «Dios traza el curso del corazón».

Desde aquel momento dejé de discutir con mi esposo y empecé a orar más sobre el tema. Después de un tiempo, un día en particular, me di cuenta que el celular ya no estaba en la mesa de pronto lo oí de lejos pero para mí sorpresa mi esposo tomó mi mano y me dijo: «Esta es nuestra hora de almuerzo y mereces toda mi atención, los clientes pueden esperar, ya les estipulé un horario» 

Sus palabras me sacaron una sonrisa y mi corazón se lleno de alegría y gratitud hacia el Señor, El escuchó mi oración y trazo el curso del corazón de mi esposo. 

Desde entonces no hay nada que no presente en oración. Recuerda: Dios recompensa tu Fe trazando el curso.

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Por Aleza Serrano.