Cuando hablamos del Señor Jesús solemos pensar en su amor abundante para con nosotros; sin embargo, Jesús no solo era amor y bondad, su firmeza de carácter fue un rasgo importante en su personalidad (Mateo 23:29/rvr).

Carácter es el modo de expresión de una persona particularmente en sus relaciones con los demás.

Theodore Roosevelt catalogado por muchos como uno de los líderes que mejor comprendía el carácter de los estados, decía que “una tibia mojigatería no apoyada por la fuerza era tan maligna y aún más nociva que la fuerza alejada de la justicia”. 

La nobleza no puede dejar de lado la firmeza. “Sed astutos como serpientes y sencillos como palomas” dijo Jesús (Mateo 10:16).

Por otro lado, fortaleza sin compasión genera opresión. Hace poco leía que “el poder y la fuerza de un hombre ruin realmente atemoriza mientras que el poder de un hombre bueno es un consuelo”.

Así que, ¡no seas demasiado bueno ni demasiado sabio! ¿Para qué destruirte a ti mismo? Por otra parte, tampoco seas demasiado malo. ¡No seas necio! ¿Para qué morir antes de tiempo? Presta atención a estas instrucciones, porque todo el que teme a Dios evitará caer en ambos extremos. Eclesiastes 7:16/ntv

Oremos por tener siempre un sano equilibrio en nuestro carácter, siguiendo las pisadas de Jesús, considerando siempre el sentido común de las cosas.  

Pame Alcázar