calma

¿Qué te domina? ¿Qué te controla?
Si eres dado a la glotonería domina tu apetito (proverbios 23:2). Si eres dado a la pereza, ejercítate un poquito (1 timoteo 4:8).
Soberbia, avaricia, lujuria, orgullo, en general cualquier pecado que te controla, te debilita.
Si no puedes dominar tu carne y tus acciones, difícilmente podrás calmar tus emociones.
Dios nos ha dado espíritu de dominio propio, fortalécelo con Jesús en oración cada día. Así cuando te toque enfrentar algo será más fácil dominar tu emoción. Lo que haces constantemente en su momento surge naturalmente.
La calma también llega con la confianza.
«Me he calmado; me he tranquilizado como se tranquiliza un niño cuando su madre le da el pecho. Estoy tranquilo como un niño después de haber tomado el pecho» (Salmos 131:2/tla)
Como un niño que confía en sus Padres, se tranquiliza un corazón que confía en Dios.
#reflexiones
Pame Alcázar