Puede que nuestra mente ha desarrollado mecanismos de defensa, que se anticipan a algo como si fuera inevitable. Es natural, la mente se acostumbra a asociar situaciones con malestares.

¿Dudas de ti misma?

¿Crees que algo malo debería pasar?

¿Buscas razones para sentirte mal?

«Por eso me armo de valor, y me digo a mí mismo: «Pon tu confianza en Dios. ¡Sí, pon tu confianza en él!» (Salmos 27:14/tla)

Hay que hablarnos a nosotras mismas. Nuestro cerebro sigue en guion que le escribimos.

Hay que reemplazar la expectativa negativa por una llena de fortaleza.

En vez de pensar «esto será difícil y doloroso», prueba con «he superado esto antes y puedo hacerlo de nuevo» «¡mira lo lejos que he llegado, Dios me ha cambiado!»

La repetición de pensamientos positivos entrena a tu cerebro para esperar lo mejor, en vez de lo peor.

La repetición de pensamiento positivos nos llena la mente de FE y CONFIANZA.

#reflexiones

Pame Alcázar