La biblia nos cuenta que Salomón oró por sabiduría para gobernar, más Dios le entregó lo que nunca pidió.

«Por haber pedido sabiduría para gobernar y no pedir para ti mismo una vida larga, ni riquezas, ni que matara a tus enemigos, te concederé lo que has pedido. Te daré la mente más sabia y entendida de todos los tiempos. También te daré lo que NO pediste: más riqueza que ningún otro rey jamás tendrá. Sígueme y obedece mis decisiones y mandatos, tal como lo hizo tu papá David, y así te daré una larga vida» (1 Reyes 3:11-14).

No había un anhelo desmesurado, ni desesperación en el corazón de Salomón, definitivamente se puede confiar en un corazón humilde que pide sabiduría para obrar bien en la vida.

La desesperación nos hace cometer muchos errores.

Oremos por sabiduría y que Dios guie nuestros días.

#reflexiones

Pame Alcázar