«Entonces entró Satanás en Judas, uno de los doce, éste fue a los jefes de los sacerdotes…para tratar con ellos cómo les entregaría a Jesús. Ellos se alegraron y acordaron darle dinero….»

(Lucas 22:1-6)

Judas tenía una relación cercana con Jesús pero un pecado cambió su corazón y terminó traicionando a alguien a quien él apreciaba.

«Hasta un hombre sabio se olvidará de su sabiduría si alguien le paga un buen dinero. Ese dinero corrompe su entendimiento» (Eclesiastés 7:7/pdt)

El amor al dinero puede llegar a corromper un corazón; por codiciarlo muchos se desviaron, cambiaron y se causaron mucho daño.

Judas obtuvo lo que quería pero no terminó bien sus días.

En general cualquier pecado que se adueñe de nuestros corazones terminará destruyendonos.

El pecado rompe relaciones y corrompe corazones.

Todos seremos tentados o expuestos a debilidad pero si NO somos firmes o insistimos en hacer aquello que sabemos esta mal entonces el corazón se endurecerá y ya no querrá cambiar.

No te cierres a una verdad, no te dejes dominar.

#reflexiones

Pame Alcázar