celoso corazón

«La paz en el corazón da salud al cuerpo; los celos son somo cáncer en los huesos» (Proverbios 14:30/dhh)

Los celos son un verdadero tormento. 

En Cristo tenemos una identidad única y personal, nuestro valor no radica en nuestro méritos, ni en nuestras obras, tampoco en nuestra apariencia. Cuando tenemos eso claro, la comparación con otros no tiene lugar en nuestra vida. 

Si dejamos que la inseguridad tome lugar en nuestro corazón entraremos en una crisis de identidad. 

Gálatas 5:26 Nos advierte: «No nos hagamos vanagloriosos provocándonos unos a otros, envidiándonos y celándonos unos a otros».

A los ojos de los demás quizás la competencia es buena, muchos tratan de llegar a la cima de cualquier manera. Pero para un creyente su ascenso viene de Dios y no del hombre. Un creyente procura siempre agradar a Su Salvador antes que a los demás, siendo así, los celos y las inseguridades no tienen lugar en su corazón, pues, sabe que Dios le creó con un plan individual y único, cada quien tiene su propia gracia dada por Dios.

Es preciso ajustar nuestra mente para alegrarnos por el éxito de otros, mientras nos fiamos de Dios y confiamos en Su Providencia.

Cuando nuestro corazón se goza por el progreso de otros, se duele por el sufrimiento de otros y se irrita por la injusticia, podemos estar seguros que estamos teniendo esos frutos que Dios quiere ver en nosotros.

Oración:

Amado Dios, dame hoy un corazón apacible y puro delante de ti, y no permitas que las pasiones negativas hagan nido en el. Dame hoy Dios un nuevo corazón.

Por Aleza Serrano