autoestima equilibrada en cristo

Una autoestima saludable acepta fortalezas y también debilidades, en realidad lo que te hace fuerte es reconocer que eres débil (2 Corintios 12:10/tla). Si quieres pensar solo en tus fortalezas, no sería malo ya que todos somos buenos en muchas cosas, pero enfocarte solo en esto te haría daño, quien solo piensa en su lado fuerte y evita su debilidad, no se ayuda a tener una autoestima equilibrada.
Cuando queremos controlar lo que sentimos, evitando lo que nos hace sentir débiles, se inicia en nosotros una batalla perdida de antemano. El afán de ser perfectos nos aleja de ser personas reales, lo más triste es que nos aleja de Jesús. El poder de Dios se muestra en la debilidad humana, por eso vino Jesús a esta tierra a darnos Salvación; el antiguo testamento está lleno de hombres que hicieron grandes proezas y que también fallaron mucho; es lo normal. Una autoestima saludable no se condena, entiende Redención en Cristo, comprende que su amor es todo lo que necesitamos, ese amor que no juzga, que ayuda, que abraza debilidad; finalmente Dios nos acepta tal cual somos y quienes nos amen de verdad nos aceptaran en la misma medida.
Entendemos entonces que un pilar básico para la autoestima sana es ver tu debilidad como algo positivo, entendiendo los beneficios de la dependencia a la Cruz. Pablo lo entendió muy bien, te lo puede explicar en sus propias palabras:
«Yo podría estar orgulloso de conocer a una persona así, pero no de mí mismo, pues yo sólo puedo hablar de mis debilidades. Claro que hablar bien de mí no sería una locura, porque estaría diciendo la verdad. Pero no lo voy a hacer, porque no quiero que, sólo por las cosas que hago o digo, o por las cosas maravillosas que Dios me ha mostrado, alguien piense que soy más importante de lo que en realidad soy. Por eso, para que no me llene de orgullo, padezco de algo muy grave. Es como si Satanás me clavara una espina en el cuerpo para hacerme sufrir. Tres veces le he pedido a Dios que me quite este sufrimiento, pero Dios me ha contestado: «Mi amor es todo lo que necesitas. Mi poder se muestra en la debilidad.» Por eso, prefiero sentirme orgulloso de mi debilidad, para que el poder de Cristo se muestre en mí (2 Corintios 12:5-9).”
Negar o intentar controlar nuestras debilidades nos lleva a estados emocionales alterados de nos dejan agotados. Cuando aceptamos nuestras debilidades en Cristo, nos volvemos personas más genuinas con una autoestima equilibrada que tiene el agradable perfume que emana la humildad.
Pamela Alcázar